martes, 17 de junio de 2014

Mi árbol ha muerto...


Pensaba que el problema residía en la cercanía entre los dos, que al ser el mío más pequeño estaba siento ahogado por el otro.



Pero, hace poco, su árbol murió también.





En cierto modo está bien que su árbol no haya matado al mío, pero esto no me deja en muy buen lugar tampoco; simplemente vuelvo a lo de siempre: ¿por qué no crecen los árboles que yo planto?
Tengo varias macetas en las que crecen diversos árboles, brotes que he recogido y cuidado. ¿Pero por qué lo que planto yo no crece?

Hubo un avance esta vez: el árbol brotó. ¡De hecho brotaron dos!
Pero terminaron muriendo.


Después de todo, las plantas no necesitan solo tiempo; aparte de su justa cantidad de agua y luz.
A veces hay algo más fuerte, algo externo que afecta desde el interior. Algo que hace que se requiera de más que de tiempo. Algo que exige más conocimientos.
No todo es esperar.

Empezó por la raíz, por la raíz de mi árbol, y luego fue a por el suyo. Y ahora ninguno vive.


Ahora la maceta está vacía.


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