miércoles, 11 de junio de 2014

Campo de recuerdos


¿Por qué es que ahora, justo ahora, en el momento en que la situación de vidrio cuelga sujetada por un finísimo hilo de tela de araña, es cuando me dedico a rescatar recuerdos y resguardarlos en una cajita?

Tal vez sea por la respuesta...
Porque, si es un 'sí', tendré que recordar que debo ser paciente, que con prisa se rompen las cosas. Que con velocidad olvidas la belleza de la calma.

Tal vez sea por la respuesta...
Porque, si es un 'no', llegará el incendio, y este lo quemará todo. Buscando y rebuscando por los recovecos de mi ser, lo quemará todo.
Y cuando el incendio haya pasado y, tras escrutar por entre las cenizas buscando la cajita, la encuentre, le sople el polvo y me anime a abrirla, podré ver.

Y veré una inmensa cantidad de cosas que no había visto antes; y percibiré detalles que se me habían pasado pro alto.
Veré que hubo algo, de lo que el fuego, destruyéndome, se llevó lo malo. Que, aunque ahora no exista nada, hubo algo. Y fui importante.
Veré muchas cosas que hiciste por mí; más de las que vi en su momento. Probablemente más de las que quisiste darle a nadie tras tus estúpidas promesas.

Veré que me quisiste; desde esa torpeza tuya que te hace no saber querer, me quisiste.


Pero de momento la situación de vidrio sigue pendiendo de aquél frágil hilo de araña.
Y aún no ha habido fuego.
Y aún soy un campesino recolectando, de un campo casi seco, los buenos recuerdos.

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